martes, mayo 05, 2009

Tan sólo se requiere un pretexto para dar rienda suelta a los prejuicios

Si Holanda presume de ser una nación plural y multiétnica, pues sus agentes fronterizos no lo demuestran. Estuve estudiando en un instituto cerca de Viena, para regresar a México tuve que cambiar de vuelo en el aeropuerto de Amsterdam, al tomar el vuelo Viena-Amsterdam nadie pidió mi pasaporte, de hecho iban en el mismo vuelo una mujer mexicana con su hija y tampoco les pidieron el pasaporte. Pues al llegar al enorme aeropuerto de Amsterdam, la mujer mexicana con su hija iban adelante de mi y por ende se formaron primero en la fila para que revisaran nuestros pasaportes. Llegó el turno de dicha mujer y pasó sin ningún problema, al llegar el mio, la agente que revisó mi pasaporte me preguntó que cómo había llegado ahí, que de dónde venía, naturalmente le mostré mi boleto de avión y le mencioné que venía de Viena, que ya iba de regreso a mi país. La mujer esta le comentó algo a su compañero en holandés y con una risa en el rostro me dijo que era imposible que viniera de Viena porque no tenía ningún sello, cuando traté de decirle que no sabía por qué no me habían sellado, alzó la voz y me dijo que yo estaba en su país ilegalmente, se levantó de su asiento, tomó mi pasaporte y salió. Yo me quedé muy confundido y realmente asustado por la reacción de la señora, paso un tiempo y no regresaba, entonces comencé a sentir mucho miedo. Al poco rato regresó, se me quedó viendo y me dijo con una sonrisa en el rostro: "está bien, mira, me encuentro de muy buen humor el día de hoy, te voy a sellar tu pasaporte..." A lo que contesté: "muchas gracias por dejarme regresar a mi país", claro, con el pasaporte ya en mis manos, y me fui. Este trato es realmente indignante y creo que nadie debe ser pisoteado de esta manera. Después de que se me pasó el coraje reflexioné que era claro que me iban a dejar ir, lo menos que quieren es a mexicanos o sudamericanos en sus tierras; su actitud hacia mi tenía un claro mensaje: "no vuelvas, pasaste más de un año en mi continente, tienes entre 20 y 45 años, entonces eres un posible inmigrante, no te queremos, vete, no vuelvas o te vamos a tratar peor". Por eso, en el contexto que estamos viviendo, realmente me la pienso mucho para regresar a Europa estos días.

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